jueves, 5 de marzo de 2009

Hands Around My Throat...

Jazmín reaccionó sobresaltada y jadeante, un fuerte dolor en el pecho le desgarraba la respiración, mientras sus ojos verdes se desbordaban en ríos salados, nunca había estado tan cerca de tanto placer e inmediatamente después, ser empapada por un balde de dolor, frío y total, ultrajante y absoluto. Miró sollozando el rostro que estaba ante ella, espectante, concentrado, divertido.
- De qué te ries imbécil, no ves que casi me matas, casi?, si idiota casi.
-Eres una cabrona Jaz, por eso te amo.
Jazmín guardó silencio mientras se secaba casi compulsivamente las lágrimas que le corrían el rimel y le empapaban el ego, no podía darse el lujo de llorar en presencia de ese perfecto cabrón, su corazón a mil por hora le exigía atención, ella se la dedicó de inmediato, mira como estoy viviendo idiota, y dirigió su mano delicada y suave directo a su esquizofrénico músculo, Javier miró ese movimiento y le pareció una especie de sinfonía, perfectamente sincronizada, perfectamente ejecutada.
-Te ves diosa perra.
-Cállate idiota y dame algo para tranquilizarme.
-No, así me gustas.
-Dame algo para calmarme maldito enfermo.
-No, insisto estás perfecta.
-Ah si?
-Si.
-Qué tan perfecta?
-Sublime Jaz.
-No mames Javier
Pero él no la escuchó, se concentró es sus senos, hermosos, jugosos, en su piel pálida, caliente, sudada, aromática, le incomodaba la idea de evaporarse cada vez que sentía ese cuerpo oprimirse en el suyo, lo incendiaba, lo calcinaba, perra, Jazmín siempre había logrado ese efecto en él y ella lo sabía, al momento en que siquiera lo sugería el ya estaba listo para ella, always, palpitante, doloroso, ansioso. Jazmín se puso de pie tan rápido como la explosión dentro de su cabeza y el hundimiento de las sensaciones se lo permitieron, sintió abandonarse y se sostuvo de la cómoda para no venirse abajo, Javier la miraba divertido.
-Qué mamita to much?
-Te pasaste cabrón.
-Pero así es como te gusta, así es como lo disfrutas.
-Si pero esto fue demasiado creí que no lo contaba.
Javier la miró dirigirse al baño y le pareció que Jaz se deslizaba, como si flotase, perfecta, inmaterial, luminoza, toda ella en perfecta sincronía volvió a pensar, el pelo rojo como pocos fundiendosé sobre sus hombos filosos, pecosos, las gotas de sudor derramandose sobre la trayectoría de sus mejores sueños, dorsallumbarnalgas, esa era su zona, su espacio zen, su gran final.
-Te ves diosa perra.
 Jaz miró el reflejo de Javier salir de la cama y acortar la distancia entre ellos de manera estremecedora, mientras comenzaba a experimentar ese sudor frío que Javier normalmente la provocaba, lo vió reflejarse completamente ante el espejo que tenía ella ante si, antes de ser alcanzada observó lo exitada que ya se encontraba, Javier se precipitó en ella para undirse en un solo movimiento, de una vez por todas, sin miramientos, Jazmín ahogó su placentera situación en un gemido perturbador, el mar adentro intempestuoso explotó justo en el instante en que Javier la acomodó en el lavabo y a cada embate le oprimía el cuello mientras le susurraba al oído
                                      
                                                                   .... Te ves Diosa Perra, te ves Diosa.